top of page

El otro lado de la moneda bauhaus por Bruno Jiménez rodríguez

El hombre que ha aprendido a modelar

Entre sus manos las palabras

Para que en ellas hable

Un lenguaje de huellas

Corporal y movible y sin sentencias

 

Ése a la vez que escucha

Decir lo que se dice

Mirar lo que se muestra sin decirse

 

Y así para pensar

En lo que vive en él y es él bajo las sombras

O en esa luz donde su vida

Se mira y se profiere

No confía en la lengua de su boca

Y prefiere callar

Y esperar la evidencia del abismo.

 

Este poema llamado Lengua bárbara de Tomás Segovia, nos vislumbra el sentimiento del quehacer plástico, el estudio de las formas, la manera en que se percibe el espacio, las texturas y el color de los elementos, así como los sentimientos de las personas al momento de la creación.

Son oportunos los versos de Segovia, pues en esta ocasión hablaremos de una de las escuelas de diseño que mayor eco ha tenido en la historia: La Bauhaus, pero ahora queremos mirar las situaciones por las que pasaron las mujeres.

 

“El Bauhaus tendió a preparar a personas que poseyesen talento artístico. Como proyectistas en la industria y como artesanos, como escultores, pintores y arquitectos. Sirvió como base un programa completo y coordinado de todas las manualidades, en punto a técnica y forma, con el objeto de llegar al trabajo de equipo en la construcción”, escribe Walter Gropius en su libro: Alcances de la arquitectura integral.

Realmente ese fue el argumento, todos artesanos para un fin último: la arquitectura,  el querer vincular lo humano con lo técnico. Aunque fue una escuela de ideales diferentes, las mujeres, como siempre en la historia, picaron la grieta para abrirse paso.

El discurso inicial de Gropius parecía de equidad, empero, hay registros de que no admitía la idea de que las mujeres estudiaran arquitectura.

“Según nuestra experiencia no es aconsejable que las mujeres trabajen en los talleres de artesanías

más duros, como el de carpintería, etc. Por esta razón, en la Bauhaus se va transformando cada vez más una sección de carácter marcadamente femenino que se ocupa principalmente de trabajar con tejidos. Las mujeres también se inscriben en encuadernación y alfarería. Nos pronunciamos básicamente en contra de la formación de arquitectas” Fragmento Carta de Gropius enviada a Annie Weil.

 

¿Qué alcances podrían tener las mujeres en una escuela cuyo director no acredita sus capacidades? La respuesta es increíble, no solo lograron su permanencia en el centro demostrando un talento sin igual, también, buscaron el financiamiento que tanto necesitaba la Bauhaus, a tal punto que Josenia Hervás y Heras en su libro Las mujeres de la Bauhaus, Considera que la escuela no tendría tal importancia de no ser por el carácter femenino.

Algunos nombres que destaca Josenia son:

 

Friedl Dicker. Weimar.

Por sus aportaciones en el arte: Encuadernación, textiles, muebles, diseños para teatro, pinturas, y proyectos arquitectónicos, además denota su labor pedagógica. Fue una de los pocos estudiantes becados. Junto con  Singer fundan una academia en Berlín, La Werksatten Bildender (talleres de artes plásticas)

 

Wera Meyer- Waldeck. Dessau.

Trabajó con Hannes Meyer como dibujante, haciendo todos los planos de ejecución de mobiliario, empezó sus estudios en el taller de carpintería y obtuvo su título acreditativo. De 1937 a 1945 ejerce como arquitecta en Alemania.

 

Annemarie Wilke. Berlín.

Trabajó en los ámbitos del mobiliario y la arquitectura que aprendió en la Bauhaus, se conservan planos originales de sus proyectos ya fechados en 1937 en el Bauhaus-Archiv de Berlín.

 

La historia nos ha contado innumerables capítulos de injusticias y obstáculos que sortean las mujeres, pero también nos ha mostrado cómo ellas se burlan de dichos impedimentos y se ríen en la cara de los que no acreditan sus capacidades.

Fuente: Josenia Hervás y Heras, Las mujeres de la Bauhaus.

Fotografía de Daniel Eudave Santos

© 2017 REVISTA BALADÍ. Diseñado por Juan Carlos Mendoza y Humberto García Cervantes. Todos los derechos reservados.

bottom of page