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en colectivo

 por Bárbara Zepeda Eguiarte

“El cine se hace en equipo” lo dijo un día de clases un profesor en la escuela de cine; me puse a pensar en ese chiste que se dice por ahí, que compara a los mexicanos con cangrejos en un balde, cangrejos que intentan salir pero nunca pueden porque en lugar de ayudarse a salir, se empujan ellos mismos hacia el fondo.

Si el cine se hace en equipo, ¿cómo es que se puede hacer en el fondo de esa cubeta repleta de cangrejos que no piensan más que en sí mismos?

Esto resulta curioso porque el cine es de las artes más nuevas, hay quienes dicen que es el arte del siglo XX, sin embargo su condición de arte colectivo desafía las condiciones de la individualidad que caracteriza a los seres humanos de hoy día.

El cine es por sí mismo un arte complejo, pero creo que se complejiza aún más debido a  su peculiaridad de arte colectivo. Sin el trabajo en equipo se hace casi imposible la realización cinematográfica. Aunque como en todas las cosas, hay excepciones notables a la regla; recuerdo por ejemplo la cinta Upstream Color de Shane Carruth, director, guionista, actor, músico, cinefotógrafo y productor de la película.  Las nuevas tecnologías permiten en gran medida la adaptación a estos nuevos modelos de producción, que economizan los recursos humanos y económicos de la cadena de producción de una película.

En el otro extremo podemos encontrar propuestas súper radicales de este modelo de producción, que se inscriben dentro del cine colaborativo, propuestas como la popular Life in a Day, donde administradores de YouTube pidieron a los usuarios grabarse haciendo distintas acciones durante un día en específico, material que fue después fue montado creando una línea narrativa; aunque la dirección del filme está atribuida al galardonado Kevin McDonald, me cuestiono qué tanta autoría tiene él frente a la figura de todas las personas que mandaron su video, pero sobre todo del montajista, en este caso Joe Walker, quien es el que tiene toda la tarea de unir y darle un sentido al todo.

Sea como sea, el cine no podrá ser concebido nunca como un arte individualista, aún más; creo que su carácter colaborativo lo hace ser más rico e interesante que si fuera realizado por una sola persona. Los modelos culturales de hoy en día, en los que se enseña a los niños a pensar en ellos mismos y nunca pensar en el otro, no hacen más que meternos en un círculo que llegará a ninguna parte. Sin embargo pensar que algún día esta situación va a cambiar sería una mentira horrorosa. En las películas futuristas, siempre se muestra a individuos por encima de las colectividades, sin embargo olvidamos que juntos llegamos más lejos, aunque esto suene a frase de libro de autoayuda. Quizá les serviría de algo a esos cangrejos pensar en eso y darse cuenta que hay otras  vida intentando salir de ese balde.

Imagen de By Injeongwon (Own work) [CC BY-SA 3.0 (http://creativecommons.org/licenses/by-sa/3.0) or GFDL (http://www.gnu.org/copyleft/fdl.html)], via Wikimedia Commons

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