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El trabajo en nuestra sociedad por josé david garcía cervantes

El trabajo juega un papel fundamental en el desarrollo y estabilidad de una sociedad en todos los ámbitos. Hay dos puntos clave para sostener que el trabajo es un factor importante para el crecimiento colectivo. El primer aspecto radica en la economía, en donde funge como un factor básico para el buen funcionamiento y florecimiento de un agrupamiento. Sin este florecimiento sería imposible que se repartieran las riquezas equitativamente, impidiendo así un sano desenvolvimiento de las personas que integramos cualquier círculo. Cualquier persona necesita cubrir ciertas necesidades básicas con el dinero obtenido a cambio de la prestación de un servicio. El segundo aspecto reside en el nivel individual, en la posibilidad de que una persona pueda integrarse, ser un  factor determinante de cohesión y garantizar entonces sus derechos fundamentales en el ejercicio de su trabajo. Mediante el trabajo se llenan vacíos tanto a nivel individual como colectivo: psicológicos, emocionales, espirituales y, hasta cierto punto, existenciales. De la misma manera actúa como un elemento de integración social permitiendo la mejora de los estándares de calidad de vida de una población. Entonces, ¿el trabajo es la vía de superación para nuestra sociedad? Se necesitan analizar aspectos relacionados a ello.

No se puede decir que México sea uno de los países con números más bajos en cuanto a desempleo, pero sí en cuanto a condiciones y remuneraciones. Ocupa México, dentro de la OCDE, una tasa de desempleo muy similar a Alemania, un país con una economía solvente. Pero ocupa el lugar más bajo en cuanto a salarios mínimos dentro de la misma organización. Por un lado, el desempleo desintegra a una comunidad al impedir a las personas participar de sus derechos fundamentales y de una socialización que ayude a su bienestar. Y por otro lado, la absurda remuneración que perciben los trabajadores por sus servicios impide que  puedan desarrollarse plenamente. Desde esta estadística, podemos observar una justificación de la necesidad de una mejora en cuestión laboral para la prosperidad de nuestra asociación. Pero no solamente en aspectos “superiores” de organización sino de participación colectiva.

En mi opinión, estos “otros” aspectos de participación colectiva que imposibilitan que nuestra nación pueda prosperar son de igual o mayor importancia. En primer lugar, las personas que cuentan con un trabajo, no siempre lo valoran como deberían y consideran que están amarrados a él por necesidad económica, lo cual debilita la calidad de servicio que puedan ofrecer, y por tanto, provoca una gran cantidad de despidos y renuncias laborales. Es decir, la gente no es

consciente de la importancia de su trabajo y actúa irrespetuosa e irresponsablemente hacia su ocupación -ignorando que la disciplina ha llevado una notable evolución social en otras partes del mundo. En segundo lugar, muchas personas no desean salir de su “zona de confort”, y soportan las malas condiciones bajo las que viven, en su trabajo o sin él.  Muchas personas no tienen una visión sobre sí mismos en una mejor situación, en la que puedan lograr una superación personal y social pudiendo sentirse satisfechos con lo obtenido -sin darse cuenta que pueden lograr mejores resultados con un poco más de esfuerzo y perseverancia. En tercer lugar, hemos practicado una ideología bastante interesante, basada en la profunda dependencia de las decisiones gubernamentales en el desarrollo de nuestro trabajo y vida cotidiana. Si las políticas de “arriba” no benefician nuestras condiciones laborales, jamás haremos algo diferente para hacer crecer nuestra situación individual ni mucho menos colectiva- esperando que estas políticas lo hagan absolutamente todo.

La respuesta a la pregunta planteada inicialmente, a mi juicio es evidentemente afirmativa. O por lo menos es una de las muchas alternativas que tenemos como agrupamiento para hacer crecer nuestra calidad de vida. Una prueba de ello la podemos encontrar si comparamos a una persona empleada que trabaja conforme a su gusto y se desenvuelve de buena manera con otra persona desempleada que se ha alejado de la comunidad, y difícilmente satisface sus necesidades para tener una buena calidad de vida. Como lo mencioné, es sólo una vía, y es fundamental que sigamos este camino con firmeza como una posible solución a muchos obstáculos que se presentan en nuestros círculos vitales.

Con motivo del pasado 1° de mayo, día conmemorativo al trabajo a nivel internacional, me parece importante analizar nuestra situación personal relacionada a nuestro empleo o cualquier actividad remunerativa. Es cierto que hay muchas situaciones externas que obstaculizan nuestro bienestar social vinculado al trabajo, pero es indiscutible  que nosotros colaboramos con ese malestar inconscientemente. Para fomentar un cambio en nuestra entidad, es primordial utilizar las herramientas que nos otorga la posibilidad de un trabajo para evolucionar en conjunto. Según la ley de Newton, “cada acción corresponde a una reacción de igual magnitud”, y, si adecuamos este principio físico a nuestro tema podemos advertir que el esfuerzo y dedicación aplicada a nuestro trabajo será directamente proporcional a los resultados obtenidos. Por tanto, cuan mayor sea la organización y perseverancia en nuestra actividad laboral, mejores serán los resultados obtenidos.

La disciplina tarde o temprano vencerá a la inteligencia

Jim Rohn

Fotografía de Daniel Eudave Santos

© 2017 REVISTA BALADÍ. Diseñado por Juan Carlos Mendoza y Humberto García Cervantes. Todos los derechos reservados.

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