Ideas políticas de un poeta
por Evelin jacqueline Antonio Jasso
Contrario a lo que actualmente se pregona, reflexionar sobre la política no es una actividad que atañe únicamente a aquellos que tengan una formación como científicos sociales y en particular como politólogos; esta visión es un reflejo de la creciente parcialización del conocimiento en nuestros tiempos, pero representa un aspecto peligroso, me refiero a un saber y un ejercicio del poder fetichizado: dicha noción es planteada por Enrique Dussel en 20 Tesis de política y expone la concepción de que el poder político sólo puede ser ejercido por instituciones del Estado y es autorreferencial.
En el caso del saber sobre lo político, en su forma fetichizada sucede lo que mencioné en un principio: sólo en la academia de científicos sociales se encuentran las ideas legítimas y “verdaderas” sobre la realidad y en específico sobre la acción política. En un intento por modificar esta situación, retomo el quehacer de uno de los artistas más importantes del país: Octavio Paz, pues a pesar de que él mismo se consideró ante todo un poeta, es innegable su preocupación por la política en cuestiones teóricas y en aspectos del acontecer del país y de la región.
En su fructífero trabajo encontramos una constante crítica a la clase política del país, un examen mordaz de la “inteligencia” mexicana, una visión nada tranquilizadora ni del pasado ni del futuro de la región (Latinoamérica) y la firme -que
no obstinada- convicción en la democracia. Así es en sus ensayos, específicamente en El Ogro Filantrópico (1979) y Hora Cumplida (1929-1985) (1985), donde encontramos un agudo análisis de los aspectos más autoritarios del sistema político mexicano.
Este examen deja en claro que no se vivía en una democracia y así surge la clave de la reflexión de Paz sobre la misma en México, tras decir –denunciar- que con los gobiernos posrevolucionarios el sistema distaba mucho de tener prácticas democráticas, retoma y propone ya no la adopción de sistemas que “funcionaron” en otras latitudes, sino un proyecto político que reconozca las tradiciones, particularidades y experiencias de nuestra sociedad; en específico Paz retoma elementos indígenas, es decir, una parte del futuro está, ha estado latente desde nuestro pasado.
Las palabras de Yvon Grenier en su prólogo a Sueño en libertad: “Paz explora los trasfondos de la política por sus vías no estrictamente políticas (el arte, la cultura, la otra voz)” son centrales para entender las reflexiones de Paz, él procuró asumir una perspectiva crítica y ser la otra voz frente a los planteamientos oficiales. Me parece importante y necesario reconocer y posicionar el quehacer de un artista –poeta, escritor- como una visión, una palabra válida y necesaria en la construcción de la realidad – del presente y futuro- de México.
